lunes, 23 de junio de 2014

Emprendedores (I) - Felipe Galán - ¿Crisis? ¡Oportunidad!

Con casi dos décadas de experiencia en periodismo, gran parte de ellos en televisión, Felipe Galán es una de esas caras conocidas por muchos sobre todo en el ámbito del deporte. Pero también un ejemplo a seguir en reinvención. En cómo salir adelante ante un periodo de incertidumbre. Esa incertidumbre que marca nuestras vidas.


Los comienzos de Felipe Galán

Buenas tardes Felipe. Lo primero de todo, saludarte ya que es un placer para nosotros que una persona con tu experiencia y tu profesionalidad estrene esta sección. 

El placer es mío. Muchas gracias por haber pensado en mí.

¿Quién es Felipe Galán? Preséntate a nuestros lectores.

Pues una persona sencilla, pacífica, familiar y algo inquieta. Y, a nivel profesional, un periodista con veinte años de experiencia en prensa, radio y, sobre todo, televisión.

De profesión periodista. Pero también escritor. ¿Por qué alguien se decide por el periodismo hace casi 20 años como medio para ganarse la vida?

La verdad es que siempre quise ser periodista deportivo. Lo tenía claro desde muy pequeño. Mi familia cuenta que, siendo apenas un niño, ya retransmitía los partidos de chapas que jugaba con mis amigos. Así que, me dejé llevar por lo que realmente me gustaba. Mis padres me aconsejaron que estudiara otra cosa y, de hecho, estuve muy cerca de empezar la carrera militar. Recuerdo haber ido con mi madre a una academia que te preparaba para superar el examen de ingreso. Pasé la entrevista. Pero, nada más salir de allí, de camino al metro, le dije a mi madre que no quería hacerlo, que prefería seguir con mis planes de cursar COU en mi instituto para estudiar después Periodismo.

¿Cómo comenzó tu aventura en, quizá, una de las ramas más complicadas hoy en día para desarrollarse profesionalmente?

Pues empecé en Radio Vallekas. Creo que estaba en segundo de carrera. Hacía un programa de deportes junto con otros compañeros de Facultad. No duró mucho, porque a las pocas semanas nos pasamos a TeleK, la televisión del mismo barrio. Si no recuerdo mal, el programa en el que empecé se llamaba Rayomanía. Allí conocí a varias personas que hoy trabajan para TVE o Mediaset. Grabábamos partidos durante el fin de semana y luego elaborábamos resúmenes para el programa, que se emitía los lunes.

¿Qué destacarías de tu periodo de formación? 

Sobre todo la ilusión con que afrontaba todos los proyectos. Evidentemente no recibía nada a cambio. Pero, tenía tantas ganas de hacer realidad mi sueño, que en aquella época habría trabajado las horas que hubieran hecho falta para conseguirlo. A pesar de ser bastante tímido, sabía que había nacido para ser periodista y, al final, lo conseguí.

Desde el segundo año de Universidad, iba a clase por las mañanas y hacía prácticas por la tarde o los fines de semana. Primero gratis y luego con una pequeña beca tanto en Diario 16 como en Telemadrid.

En el mundo del periodismo, hay algo que no debe faltar, y es la Iniciativa y la motivación. ¿Cómo logras día tras día mantener ese plus que te lleve a lograr tus objetivos?

Creo que, cuando trabajas en lo que realmente te apasiona, es fácil encontrar esa motivación diaria, aunque reconozco que también he atravesado etapas de aburrimiento. Pero, en general, lo bueno del periodismo deportivo es que existe un amplio abanico de posibilidades y eso facilita nuestra tarea. Durante mi etapa en Telemadrid siempre intentaba hacer reportajes creativos, algo que me ayudaba a encontrar más motivaciones en mi trabajo diario. Por ejemplo, recuerdo haber llevado a dos pívots del Estudiantes a una clase de pilates, haber convertido a dos jugadores del Baloncesto Fuenlabrada en trabajadores de la fábrica de Montakit o haber realizado una entrevista a Brad Oleson entre los pingüinos de Faunia.

Felipe Galán, periodista.

Finalizada tu formación, llega el momento de ganarse la vida. ¿Qué pensaste en aquel entonces? ¿Cómo afrontaste el proceso de adaptación a un mercado feroz?

Creo que tuve bastante suerte, la verdad. Durante el último curso de la carrera había estado como becario en la redacción de deportes de Telemadrid y el director del departamento, Ricardo Medina, me ofreció continuar con un contrato en prácticas. Así estuve dos años. Luego pasé a ser redactor de ingreso y, más tarde, en el año 2000, aprobé una oposición que me concedía una plaza fija en la empresa. Eso, al menos, pensaba yo. Como ya sabes, la realidad ha sido muy distinta.

Tras tu paso por diversos medios, llegará el periodo dulce de tu carrera, y por el que mucha gente te conocerá, tu etapa en Deportes en Madrid. ¿Qué destacarías de dicha etapa?

Sin duda, todo lo que aprendí. Para que te hagas una idea, de un día para otro pasé de ser un simple espectador a compañero de profesionales a los que admiraba y a los que seguía desde su etapa en Onda Madrid. Gente como Joaquín Martín, Juan Carlos Aguilera, Santiago Acedo, José María del Toro o Javier Reyero. Recuerdo que los primeros días ni siquiera abría la boca. En esa época me ayudó mucho un periodista que llevaba algún tiempo trabajando en Telemadrid, Fernando Carrasco. No sé si le caí bien o qué, pero me dedicaba horas y horas. Nunca olvidaré sus enseñanzas.

¿Cómo se pone uno delante de una cámara, y narra un partido?

En mi caso, por desgracias ajenas o por descarte. Jajaja. Me explico. Al poco de empezar en prácticas, Joaquín Martín se fracturó un dedo o algo así, de modo que ocupé su plaza junto a José María del Toro en las retransmisiones de Primera División. Yo estaba al lado de los banquillos, con el micrófono inalámbrico. Y me quedé con esa función durante cinco años. Tuve la oportunidad de recorrer media España. De hecho, el primer avión que cogí en mi vida fue gracias a Telemadrid.

Un tiempo después, cuando se acercaba un torneo de baloncesto de la Comunidad de Madrid, uno de los coordinadores de la redacción, Santiago Acedo (ahora amigo), me preguntó si me veía capaz de narrar el partido. Todo el mundo sabía que me encantaba el basket, pero hasta entonces nunca me lo habían ofrecido. Y si lo hicieron en aquel momento fue porque los narradores habituales no estaban disponibles para ese día. Así me lo dijo Santi. Teníamos mucha confianza y sé que si hubiera sido por él me habría dado la responsabilidad mucho antes.

Aquel partido lo comenté con Quique Villalobos y luego seguí haciéndolo durante una década.

Si por algo podemos destacarte en este medio, es por tu humildad a la hora de trabajar con "colegas" y por tu cercanía con el público. ¿Cómo lograste no cambiar en absoluto tras ser imagen del deporte en Madrid?

Si de verdad me ves así, se lo debo a mi padre. He conocido a pocas personas tan honradas y modestas como él. Jamás le escuché alardear de nada. Le echo mucho de menos.

Una crisis, no siempre es una crisis.

El Circulo Verne
El Círculo Verne - Felipe Galán
Crisis, fin de tu etapa profesional en Televisión y radio y... tu oportunidad. ¿Cómo afrontaste estos momentos?

Pues, al principio, con mucha ilusión. Tenía tantos proyectos en la cabeza que estaba seguro de que alguno de ellos saldría adelante. Pero luego comprobé que la situación era mucho peor de lo que imaginaba. Ninguna empresa quiso apostar por mis ideas. Una de ellas estuvo a punto de hacerlo, pero cuatro meses después me dijo que no podía hacer frente al presupuesto del programa. Me vine un poco abajo, para que vamos a engañarnos.

Durante esos meses acabé mi última novela, El círculo Verne, y empecé a aprender por mi cuenta algunos programas de edición de vídeo, como Final Cut o Motion. Más tarde invertí en una cámara de vídeo semiprofesional y comencé a ofrecerle mis servicios a algunas empresas.

¿Cómo conseguías tener la motivación suficiente para estar al pie del cañón con nuevas ideas?

Creo que, en gran parte, se lo debo a mi mujer. Desde el mismo día en que me incluyeron en el famoso ERE de Telemadrid, ella me convenció de que era la oportunidad que necesitaba para sacar toda la creatividad que llevaba dentro. Hasta llegó a pedir un regalo de cumpleaños para que lo utilizara yo. Su generosidad no tiene límites.

¿Cómo ves el mercado de la prensa? 

Muy complicado. En los últimos años han cerrado cientos de medios de comunicación y las universidades siguen llenas de jóvenes con el sueño de convertirse en periodistas. Si te refieres en concreto a la prensa escrita, creo que tiende a la desaparición. Es una pena, pero hoy en día en el metro apenas se ven periódicos. Hace veinte años, cuando iba a la universidad, los vagones estaban repletos de papel.

 Los famosos "Blog", ¿Amenaza o complemento? 

Yo creo que es un complemento muy necesario, porque aportan un punto de vista que no está moldeado por los grandes grupos de comunicación.

Continuará...

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